25 de agosto de 2013

Loco (?)


¿De dónde sacan tal argumento? Acaso quién tiene la valentía moral para justificarlo. Lleva alguno sobre sus espaldas el manual de instrucciones para el buen comportamiento social y/o cultural para designar a un compañero fuera de sus cabales.

¿Por que desde los 18 años juego al fútbol con mis amigos los sábados por la tarde?, ¿por que hicimos un culto de encuentro futbolístico con carnet de inscripción y lista de buena fe?. No es casual que sábado a sábado nos encontremos en el Parque tan sólo para vernos, jugar un rato a la pelota y luego hacer un “pretoria” para compartir un rato más juntos.

Ahora bien, ¿loco?. Por que a pesar de lo poco amable que soy con la pelota, trato de tocar de primera al Chacarero esperando que me la devuelva. Quizás por que corro más de lo que juego, a pesar de mis 40 años. ¿Por que a la pelota como a manejar, no se aprende de grande?.

Será por que insistir con un tiro libre cerca del área grande es de osado, pero, por suerte, tengo más de un compañero que me alienta a seguir pidiéndolo.
¿Quién no soñó un viernes a la noche con ganar con un gol suyo en el último minuto y que te abracen y se te tiren encima hasta quedarte sin respiración?

Me vas a decir que es mera casualidad que si te están haciendo el 2 – 1 tenga la amabilidad de salir a bancarte, aunque quedemos los 2 pintados. No, no y no. No es un suceso aislado que te digan capitán y se te infle el pecho de alegría, aunque pierdas el sorteo del arco y te toque del lado del sol de frente, casi siempre.

Delegado por voluntad propia y porque siento al equipo todos los días de la semana. 

Hasta a Melchor, Gaspar y a Baltasar les pedí un triunfo en aquella final del 2004 contra Seminara. ¿Me pregunto si está mal esto?.

No es casualidad aguantar al equipo aunque seas suplente toda la temporada, más bien es una de las principales características del equipo, pero también es válido resistir y no abandonar, enojarse por ser suplente y pelear para que Perchu y el Pelado te pongan a pesar de los años.

La amargura que siento tanto por perder como cuando al Chelo le meten un gol, no me la saca nadie durante todo en fin de semana. Uds., no me lo van a creer, pero anímense y consulten a mi familia, quienes les darán el fiel testimonio de mi estado anímico.

Quizás esté un poco loco… quizás tenga que darles la derecha,  pero esta locura la transformo en deseo todos los sábados cuando me vendo, me pongo las medias, los cortos y salgo a la cancha nuevamente con mis amigos.


Vamos¡! déjense de joder. Hay otra cosa después de Artex?

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